A mediados de la década del '90, comenzó a hacerse notar un kicker en el football universitario. Su particular manera de festejar las anotaciones y su extraño lugar de procedencia para los americanos lo llevaron a convertirse en el foco de atención para muchos de los seguidores de este deporte.
Algunos años más tarde, los Tampa Bay Buccaneers se harían con los servicios de un jóven argentino que desde su ciudad de nacimiento, San Isidro, emigró con sus padres a las costas de La Florida para buscar nuevos rumbos. En 1999 Martín Gramática llegó a la NFL y nada volvió a ser igual.
Sus participaciones con cada gol de campo o punto extra eran vivadas por los fanáticos de los Buc's, quiénes lo adoptaron como uno de sus ídolos.
Todo cambió en 2002. Los Buccaneers llegaron al Super Bowl y derrotaron a los Oakland Raiders por 48 a 21 y Martín Gramática aportó 12 puntos. El sueño americano se hizo realidad para un argentino al convertirse en el quinto jugador en la historia de extracción latina en conseguir un anillo de campeón.
Pero esa temporada pareció marcar un quiebre. Los Buccaneers entraron en una curva descendente muy pronunciada que terminó con el despido del Entrenador en Jefe, John Grudden, y las lesiones comenzaron a aparecer en la vida de Martín.
Su destino lo vería luego lejos de Tampa. Los Colts, Cowboys, Patriots y Saints lo incluyeron en sus filas, pero en ningún equipo volvió a sentirse tan cómodo como en los Buccaneers.
Así, tras una nueva lesión llegó el momento de decir basta. La última temporada de Martín con los Saints se terminó cuando su efectividad bajó notablemente y decidieron rescindir su contrato.
Tras nueve temporadas en la NFL, el mayor de los hermanos Gramática decidió hacer a u lado su vida de jugador profesional y dedicarse a su familia. Se encargó de hacer que el football americano trascendienda algunas fronteras que parecían infranqueables e incluso llegara a Sudamérica, donde hoy existen ligas en Uruguay, Brasil y Argentina, solo por nombrar algunas.
Gracias 'Automática' por hacernos vibrar con cada kick... hasta cualquier momento...
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