Reggie Bush, una de la estrellas de los
New Orleans Saints, vigentes campeones de la
NFL, puede ver sus récords universitarios anulados y tener que devolver el prestigioso
Trofeo Heisman, que le reconocía como el
mejor de la NCAA, por haber recibido regalos cuando era jugador de la
USC.
Los hechos imputados a
Reggie, básicamente, son haber recibido diversos regalos por parte de agentes de jugadores, que tratan de asegurarse que firmen para ellos a la hora de comenzar sus carreras en la
NFL. El problema es que la
NCAA, la organización que regula los deportes universitarios estadounidenses, lo prohíbe. A
Bush, en concreto, se le acusa de haber recibido una casa para su familia, por la que no pagaban alquiler, un coche y un traje nuevo.

Las investigaciones sobre estos hechos no se refieren solamente a
Reggie Bush, aunque sea la suya la más avanzada y la que cumple función más ejemplarizante. Son más los jugadores de otras universidades los investigados en sucesos similares.
Los investigadores de la
NCAA lidian con una acusada pobreza de medios y la dificultad de probar unos casos que, evidentemente, nunca se realizan mediante transacciones legales y declaradas, sino por medio de testaferros y cuentas opacas. Sin embargo, cuentan con la inesperada e involuntaria ayuda de los propios jugadores implicados, que en muchos casos han publicado estas ‘
ayudas’ a través de
Facebook o
Twitter.