Por un tiempo existió el temor de que su esposa Angie sufriera de lupus, una enfermedad que aqueja más a las mujeres y que afecta el sistema inmunológico, lo que llevó al jugador de 32 años a contemplar dejar los terrenos de juego.

Afortunadamente una serie extensiva de exámenes descartó la enfermedad y a condición de su esposa mejoró permitiendo al receptor volver a concentrarse en el football americano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario