Tras una larga jornada de celebración que se extendió hasta el amanecer del lunes, la ciudad de New Orleans se aprestó para recibir a sus campeones.
Varias escuelas, los tribunales y numerosos establecimientos públicos amanecieron cerrados, después del jolgorio del domingo, en el que la ciudad se convirtió en un mar humano de festejo.
En Bourbon Street, una de las principales arterias de la ciudad, miles de fanáticos dieron rienda al entusiasmo para celebrar el histórico triunfo que debieron esperar 43 años desde que la franquicia ingresó en la liga, en 1967.
Después de observar el choque, la marea humana se lanzó a las calles para expresar su reconocimiento a los combativos Saints.
El campeón era el favorito sentimental de la mayoría de los amantes de este deporte, entre ellos el presidente Barack Obama, debido a que New Orleans no se ha recuperado de las heridas del huracán Katrina, que devastó el territorio en 2006.
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