En el 2008, los New England Patriots y su mariscal de campo Tom Brady habían llegado al Súper Bowl invictos, y parecía que se encaminaban a la temporada perfecta, pero los increibles New York Giants echaron por tierra los pronósticos y se llevaron el trofeo Vince Lombardi.
Para olvidar ese fatídico 3 de febrero, en que los Patriots perdieron 17-14 por un touchdown rival a 35 segundos del final, Brady tiene que guiar a su equipo a la victoria contra los New York Giants en Indianápolis.
El mariscal de campo con más glamour en la NFL, casado con la modelo brasileña Gisele Bundchen, jugará su quinto Súper Bowl en diez temporadas, todos ellos al frente de los Pats. Con una cuarta victoria en estas lides, empataría el récord para un quarterback, compartido ahora por los legendarios Joe Montana y Terry Bradshaw.
Los Giants, último equipo en vencer a New England en la temporada regular (24-20, en noviembre), llegan con etiqueta de no favoritos a esta cita, tal como ocurrió hace cuatro años, pero intentarán repetir la historia de la mano del ascendente Eli Manning.
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