lunes, 2 de febrero de 2009

Pittsburgh Steelers, unos campeones de acero

Acción, drama, suspenso, emoción. Ni el mejor libreto hollywoodense podría haber recreado mejor lo que sucedió en el Super Bowl XLIII que se disputó ayer en Tampa. Al menos, en un film no hubiera resultado creíble... pero fue verdad y los 72.500 espectadores que presenciaron el encuentro en el Raymond James Stadium fueron testigos de uno de los mejores encuentros finales de la historia.

El primer cuarto de Pittsburgh (el candidato por historia y presente) fue excelente. La producción del quarterback Ben Roethlisberger en el primer período de juego parecía marcar el rumbo del partido. Un touchdown anulado tras revisión de los oficiales dejó a los Steelers al frente por 3 a 0 en el cuarto inicial.

En el segundo período los Steelers visitaron por primera vez la zona de anotación de los Cardinals. Gary Russell acarreó el ovoide una yarda para marcar el primer touchdown del partido y darle la ventaja a Pittsburgh por 10 a 0. Pero Arizona respondió con la combinación entre Kurt Warner y Ben Patrick para acortar diferencias (10-7).

El momento de quiebre llegó en el cierre de la primera mitad cuando los Cardinals tenían la posibilidad de pasar al frente, pero el envío de 3 yardas de Warner fue interceptado por James Harrison que corrió 101 yardas y anotó el touchdown más largo en la historia del Super Bowl. La ventaja al descanso era para Pittsburgh por 17 a 7.

En el tercer cuarto Jeff Reed anotó un gol de campo para adelantar a los Steelers 20 a 7 y darle cierta tranquilidad. Pero...

El último período de acción fue tremendo. Larry Fitzgerald apareció para la remontada de los Cardinals con un touchdown apenas comenzada la etapa final. El tanteador quedaba 20 a 14 y la tensión crecía. Máxime cuando una penalidad de Hartwig forzaba a los Steelers dentro de su propia zona roja y se transformaba en safety para darle 2 puntos más a Arizona.

Desde 1988, cuando los Steelers tuvieron 11 o más puntos de diferencia en un encuentro, ganaron 142 partidos, empataron 1 y perdieron 1. Sin embargo, los Cardinals estaban decididos a romper con la historia. Y a punto estuvieron de hacerlo, cuando a falta de 2 minutos y 47 segundos para el cierre del juego Larry Fitzgerald recibió el pase de Kurt Warner y anotó un touchdown de 64 yardas que los ponía al frente en el marcador 23 a 20.

Sin embargo, aún faltaba más. Pittsburgh armó una gran ofensiva (a pesar de haberse respaldado toda su campaña en la defensa) y las combinaciones entre Ben Roethlisberger, Hines Ward y Santonio Holmes terminaron de la mejor manera para el conjunto oro y negro.

El pase de 6 yardas de Roethlisberger cayó en las manos de Holmes con 42 segundos en el reloj. La fiesta comenzaba a tomar forma para los 5 veces campeones y comenzaban a probarse el anillo. Warner intentó convertirse, una vez más como en el año 2000, en el héroe de la noche, pero no lo consiguió.

Pittsburgh se quedó con la última pelota (un balón suelto) y los Steelers desataron una verdadera fiesta con el 27 a 23 final. Consiguieron su sexto anillo y se convirtieron en el equipo más ganador en la historia del football americano profesional de los Estados Unidos. Salúd Steelers!

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